domingo, 19 de septiembre de 2010

Autoayuda




A nadie extraña ya esta palabreja que desde hace años viene estando de moda, al igual que pueden estarlo los términos "Inteligencia Emocional", "Coaching", "Risilencia", "Asertividad", etc., que tanto "juego" aportan a la hora de abordar asuntos relacionados con el Desarrollo Personal. No obstante, parece que es una palabra cuyo significado se está devaluando, al igual que ocurre con otras de nuestro querido Diccionario. Su uso indiscriminado por unos y otros ha provocado que pierda prestigio, probablemente por el poco conocimiento que a veces se tiene sobre lo que es ayudarse uno mismo. Pero ¿Qué significa realmente el término autoayuda? Digámoslo de otro modo: Si tomamos la decisión de leer un libro de los denominados de Autoayuda ¿Nos ayudará a superar tal o cual problema?

La respuesta no es algo que tenga que ver con lo que diga un especialista. Más bien depende de cada uno, pues, lo que ayuda de manera efectiva en muchos casos no es el hecho de leerse un libro, sino de poner realmente en práctica lo que allí se explica. Además de esto, es evidente que no todos los libros de autoayuda son igual de buenos. De hecho, si somos observadores, en muchas ocasiones encontramos novelas o ensayos en secciones distintas, que pueden ser de más ayuda que los que se autodenominan como tales. En cualquier caso, si queremos ayudarnos a nosotros mismos en este camino que vamos transitando durante nuestra vida, debemos ser conscientes de tres premisas que deben resultarnos básicas en nuestro trayecto:

- Saber ser: Soy válido, independientemente de lo que haga. Se trata del nivel básico de seguridad en la vida. De alguna forma, no es necesario "destacar", ni tener "éxito" (social) para darnos cuenta de que debemos querernos y aceptarnos tal y como somos.

- Saber hacer: ¿Qué se hacer? ¿Qué competencias tengo? ¿Cómo soy/actúo en las diferentes facetas de mi vida?
Lo que debemos aceptar del nivel anterior, no es motivo para no cambiar algunas cosas que quizás interfieren para conseguir algún objetivo concreto. Es el nivel de saber a qué atenernos, reconocer las circunstancias, los recursos que tenemos y los que nos faltan.

- Saber estar: Se trata del atrevimiento, de la demostración u omisión social hacia los otros de aquello que hago. De nada sirve conocer nuestra esencia y límites, si no somos capaces de actuar en consecuencia, tanto por exceso como por defecto, y al mismo tiempo de perdonarnos, si aún así nos equivocamos (volviendo al primer nivel)

Para nuestro crecimiento personal debemos ayudarnos pues, primeramente, manteniendo siempre la confianza en nuestras posibilidades, teniendo en cuenta, que lo que realmente nos ayuda es la calidad de las preguntas que nos hacemos, lo que nos remite una vez más a la esencia misma de la filosofía.

Para muestra un botón. Un buen ejemplo es el personaje de Rocky Balboa. A pesar de su situación social, en algún momento de su vida, el personaje sabe aplicar estas tres premisas para mantener la confianza que necesitaba para logar sus objetivos.

Por cierto, la música del vídeo resulta ser además, muy motivadora. Escuchen atentamente (especialmente la fanfarria a partir del minuto 1,30), y si puede ser con unos auriculares con volumen alto, visualizando las metas a conseguir.