domingo, 22 de agosto de 2010

Musicoterapia: Música, emoción y creatividad



¿Qué es la música?

Definir la música es tarea quizás difícil, ya que antes de definir la música habría que definir qué es el sonido, antes de definir el sonido habría que definir que es una onda, antes de una onda .... en definitiva, es realmente complicado definir la música.
La música es una cuestión de movimiento, impulso, vibración, armonía y energía.

La música pertenece, como las matemáticas, al mundo de la abstracción, pero como podría decir hipotéticamente Galileo.. Y sin embargo suena, a lo que podríamos añadir... y es agradable. La música no puede definirse con claridad pues cuando se escucha, se ha entendido ya intuitivamente lo que uno se esfuerza por captar en conceptos. La música es en realidad un lenguaje que está más allá del lenguaje (Dietrich Schwanitz 2002)

Pero la música es sobre todo emoción. Forma parte del ser humano desde antes del nacimiento. Algunos especialistas incluso afirman que la música y la emoción comparten la misma zona del cerebro. Esto explicaría por qué nos emocionamos cuando escuchamos música. Y que es la emoción sino vida, sentimiento, vivir, estar vivo, sonreír.

El género esencial de toda actividad musical es el juego (Huizinga 2002). Aun en los casos en que no se dice expresamente, se reconoce este hecho primario..... y el juego es creatividad, desinhibición, es cosa de niños, aquellos que son inocentes, que no reparan en la maldad del mundo.

Como indica George Santayana, la música interesa a la humanidad sobre todo cuando se une a asuntos humanos. Esta alianza se materializa gracias a las emociones que la música y la vida provocan en común. Sucede así porque el sonido, al recorrer el cuerpo y hacer perceptible su potencial kinético, provoca el mismo interés que cualquier otro suceso físico o premonición. La música puede producir emoción tan directamente como el amor.

Las sociedades occidentales dependen de forma abrumadora de las facultades verbales y visuales para experimentar el mundo, pero otras, usan y combinan los sentidos de formas diferentes y para diferentes fines. Por ello, aunque la música es universal (que no simplemente una generalidad) y el uso que se le da a los sentidos no es universalmente aceptado, en algunas culturas la música proporciona de hecho la principal dimensión en la que formular el universo y la realidad.

La característica más singular de la música, sin embargo, es su fugacidad, pues las demás artes permanecen ante el espectador por tiempo indefinido, mientras que la música, el sonido, desaparece inmediatamente después de producirse y no hay manera de recuperarla hasta una nueva reproducción.

Cabe destacar el importante papel que la música cobra en relación con la creatividad. En musicoterapia, los miembros del grupo utilizan sus voces o los sonidos producidos por instrumentos musicales como medio de expresión. La forma en que la gente canta, actúa y se comunica musicalmente con los demás puede reflejar sus problemas emocionales o sociales.
De hecho así lo afirma Eduardo Punset: (...) A mayor desinhibición, mayor creatividad y, por lo tanto, más expédito queda el camino para la creatividad artística y musical. Las artes plásticas y la música generan como la buena comida, el sexo y las drogas, un sentimiento de bienestar.

En relación con la creatividad y su poder curativo, el propio Punset continúa: Uno de los principios más importantes de la felicidad son los sentimientos de competencia y de autonomía y los individuos capaces de disfrutar del arte pueden acceder a la experiencia de superar sus propias limitaciones físicas, en la danza, o de cualquier índole, según la disciplina. Un milagro que explica, en parte, el aura mágica que rodea al arte.

Es a partir de la segunda mitad del siglo XIX, y más en concreto con el médico Rafael Rodríguez Méndez, cuando se preconiza el uso de la música como tratamiento terapéutico (Corbella y Doménech, 1987). Será otro médico y catedrático de la Universidad de Madrid, Francisco Vidal y Careta, quien en 1882 realiza la primera tesis musical que compagina la música y la medicina: La música en sus relaciones con la medicina. En ella llega a las siguientes conclusiones:

-La música es un agente que produce descanso y distrae al hombre.
-Es un elemento social.
-Moraliza al hombre.
-Es conveniente aplicarla en la neurosis.
-Sirve para combatir estados de excitación o nerviosismo.

En la actualidad el uso de la música como terapia tiene carácter científico y hay profesionales dedicados a tales tareas. En los principales países de Europa está bastante extendida en la teoría y en la praxis, aunque su incorporación al mundo universitario data de hace unos cuarenta años.


En definitiva, cuando preguntamos qué es la música, estamos realmente preguntando por la función que desempeña en nuestra sociedad. Pero la naturaleza de la música, va mucho más allá de la mera función técnico-instrumental. Tal vez cuando hacemos esta pregunta deberíamos hacernos la siguiente:

¿Cuál es la naturaleza de la humanidad misma?


viernes, 13 de agosto de 2010

Transformación

Según la filósofa asesora Mónica Cavallé, toda transformación permanente de nuestro ser se origina en una toma de conciencia o comprensión de algún aspecto de la realidad: Toda comprensión profunda nos transforma.

Sin embargo, saber todo esto, no es suficiente para que la transformación cobre vida: hace falta una voluntad de esfuerzo intelectual y de puesta en práctica real de la experiencia, una actitud básica en toda circunstancia para ir forjando paulatinamente una filosofía propia que sea coherente y conecte con lo más profundo de nuestro ser. No obstante, los elementos más básicos para que se produzca esta transformación están ahí.

Estos son algunos de los elementos que pueden sernos de gran ayuda para tomar conciencia. Se trata de cuestiones que cada uno debe reflexionar, poner en cuestión y trabajar para ver de qué forma inciden en nuestra vida (o no):

- La vida es una continua búsqueda de misterios, certezas, dudas y placeres. Lo más importante no es el conocimiento per se. Lo más importante es saber buscar.

- Aprender a pensar y a cuestionarse las propias certezas es también aprender a respetar a los otros y abrirse a lo diferente.

- Ejercer la responsabilidad para poder ser libre es reconocer no sólo que la virtud es conocimiento, sino que el conocimiento es libertad.

- La felicidad es un deber para con nosotros, con los que nos aman y los que amamos: La apertura al otro en el sentimiento del amor es lo único que puede mitigar el vértigo de la individualidad.

- Hay que abrirse a la vida con curiosidad, ejercitando nuestra capacidad de asombro y preguntando desde el enfoque de los niños.

- Debemos saber a qué atenernos cuando enfocamos el futuro desde la esperanza, que debe ser activa y no una simple espera.

- Es necesario asumir la muerte como límite necesario de la vida para que ésta cobre la importancia que tiene y no se nihilice.

Creo que Viktor Frankl sintetizó de manera sencilla y eficaz cual debe ser el objetivo de toda acción humana para hacer de su vida una empresa que aspire a cierta felicidad: La búsqueda del sentido. En dicha búsqueda, sin duda, nos será de gran ayuda esa filosofía que no es académica, sino que se vive, como una actitud vital y que no busca otra cosa que transformarnos.