sábado, 20 de noviembre de 2010

EL SENTIDO DE LA VIDA

Una profesora de filosofía de primer año de carrera, decía, que la pregunta por el sentido de la vida, no era una pregunta propiamente filosófica, sino mitológica o narratológica. Lo que quería decir era que al ocuparse la filosofía del aquí y ahora, de lo inmanente (en oposición a lo trascendente), buscar un sentido más allá de lo posible es más una tarea a asignar a la religión. No obstante, quizás podemos encontrar un sentido en nuestra vida sin apelar a lo metafísico, pero es posible que para ello debamos parar nuestra actividad rutinaria y acelerada, tomar distancia y ver qué es lo que realmente importa. A veces insistimos en buscar el por qué de lo que nos ocurre o hacemos, cuando lo que importa es el para qué.

Según Stanislav Grof, basándose en los postulados de la logoterapia de Viktor Frankl, en última instancia, es imposible justificar la vida y hallarle sentido por medio del análisis intelectual y el uso de la lógica. Es necesario alcanzar un estado en el que se experimente emocional y biológicamente que la vida vale la pena, y se sienta la exaltación activa del hecho de la existencia. La preocupación filosófica con relación al problema del significado de la vida debe interpretarse como síntoma de que el flujo dinámico del proceso vital ha sido bloqueado. Según Frankl, la única solución eficaz de este problema no consiste en inventar complejos objetivos vitales, sino en una profunda transformación interna y en una modificación de la conciencia que restablezca el flujo de la energía vital. Todo individuo que participe activamente en el proceso vital, con deleite y alegría, jamás pondrá en cuestión el posible significado de la vida. En dicho estado, la vida parece tener un valor incalculable y milagroso, perfectamente evidente en sí mismo.

No deberíamos perseguir un sentido abstracto de la vida, pues a cada uno le está reservada una precisa misión, un cometido a cumplir. Por consiguiente, ni puede ser reemplazado en su función, ni su vida puede repetirse. La logoterapia de Viktor Frankl recoge el testigo de las visiones existencialistas planteadas anteriormente por Sartre y Heidegger: La tarea de cada uno es única, como única es la oportunidad de consumarla.

El hombre no debería cuestionarse sobre el sentido de la vida, sino comprender que la vida le interroga a él. La vida interroga al hombre y éste contesta de una única manera, respondiendo de su propia vida y con su propia vida.

Quizás uno de los mayores impedimentos que diariamente nos encontramos es el no asumir y encauzar la realidad de nuestro trabajo, aquel con el que nos "ganamos" la vida. Y es que probablemente como dice el título de un blog que alguna vez leí, ganarse la vida es perderla.


lunes, 18 de octubre de 2010

Educar a los hijos

Os remito a este artículo de Juan Bonilla, publicado ayer en el Diario Sur de Málaga donde se hace referencia a un proyecto puesto en marcha por el filósofo José Antonio Marina. Buen artículo y mejor proyecto. Interesante.

Una Historia Interminable: Esperando Nada (II)

Siguiendo con lo que decíamos sobre la forma de afrontar el sufrimiento y su relación con lo que esperamos en la vida, recuerda bastante a la película "La historia interminable", en la que precisamente la Nada (vaguedad, desinterés, egoísmo exagerado, apatía, desesperación..) va apoderándose inexorablemente de Fantasía (nuestras más altas virtudes y actitudes, la imaginación, la reflexión, la libertad creativa), mientras nosotros, individuos más que satisfechos con nuestra vida de comodidad, bienestar y entre-tenimiento, pero también de estrés, prisa, depresiones, suicidios y vicios, nos parecemos cada vez más -desde luego- al hombre-masa (al que dedicaré en su momento unas líneas) descrito por Ortega en su conocida obra, cuya característica principal consiste en que sintiéndose vulgar proclama el derecho a la vulgaridad sin reconocer jamás instancias superiores a él.







Pero Nietzsche, como un Nostradamus anticipador, ya pre-dijo lo que comenzaba a ocurrir a principios del S. XX y que hoy en día se ha convertido en algo normal: Corren tiempos de descomposición porque en ellos los valores han perdido su sentido y las metas han dejado de serlo, lo que produce desorientación, hastío, deseo de reposo, tranquilidad y suavidad.

Vivimos en un tiempo desapasionado en el que nada se toma ya en serio (humor superficial, distanciamiento, fino escepticismo, desinterés) y en el que todo tiene su pequeño remedio. La filosofía sobrevive a duras penas, refugiada en los trabajos académicos y otras formas diversas de la impostura, pero todo el mundo tiene claro que en ello no nos va la vida.

Al mismo tiempo, se trata de un tiempo de hiperactividad: El trabajo incesante se convierte en adormidera, y nada puede hipnotizar tanto. Entregados a la actividad sin pausa podremos vivir sin pensar auténticamente: no habrá tiempo para ello. Se teme a la soledad, al ocio, a la reflexión que inquieta. Se prefiere hacer muchas cosas, aun sin sentido, para estar muy cansado y merecer el descanso reparador. Esta actividad maquinal es un remedio enloquecido cuyo fin es que vivamos sin darnos cuenta de que vivimos.


(Resumen libre del ensayo Dolor y Nihilismo de Enrique Salgado en FILOSOFÍA Y DOLOR -Madrid, 2006 -)

lunes, 4 de octubre de 2010

¿ESPERANDO NADA? (I)


El ave lucha para salir del cascarón y nada más. El huevo es el mundo. Quien quiera nacer, deberá primero destruir un mundo. HERMAN HESSE. Demian

Hace unos meses, para hacer un trabajo de la carrera, tuve que leer un libro que recomiendo encarecidamente, a saber: FILOSOFÍA Y DOLOR (Tecnos, 2006). En él, captó sobre todo mi interés un breve ensayo titulado DOLOR Y NIHILISMO de ENRIQUE SALGADO FERNANDEZ, en el que a colación del pensamiento de Nietzsche, este trataba de interpretar lo que el tan extravagante filósofo del bigote pretendía mostrarnos sobre el modo de abordar el sufrimiento humano. He pensado que puede ser interesante tratar de resumirlo en unas pocas líneas, por lo que tiene de vigente, aunque nos pase desapercibidos.

Brevemente, puede ser relevante resaltar que siempre me ha parecido interesante uno de los postulados de Ernst Bloch, que culmina en el ideal de Esperanza. Este autor distingue entre esperanza activa y no simple espera: De este modo quiere poner énfasis en la importancia de la labor del sujeto en la historia o en su vida.

Esta esperanza activa es la que debe "movernos" hacia delante en nuestro camino de búsqueda de la felicidad. Esta felicidad la construimos nosotros mismos a partir de momentos de felicidad que no hay que pasar por alto, si buscamos continuamente la felicidad permanente. No hay que olvidar que ser felices es también un compromiso con aquellos que nos aman. Por eso, hay que buscar la felicidad, precisamente desde el amor, el amor a la vida, reaccionando ante el sufrimiento, asumiéndolo más como un reto. Este es precisamente el punto de partida del pensamiento Nietzscheano ¿Cómo se digiere y encauza el sufrimiento sin tener que maldecir la vida?

Para Nietzsche, el sufrimiento nunca debe ser un obstáculo paralizador, sino un reto cuya superación se ha de traducir en amor a la vida: Lo valioso no es el sufrimiento, sino la manera de reaccionar ante él. Según Nietzsche, cuando la humanidad no digiere el sufrimiento, esta indigestión se vuelve contra la vida, a cuyo valor se renuncia con tal de dejar de sufrir.

En la actualidad, a veces, nos da la sensación de que la gente, vaga de un lado a otro, buscando evadirse, viviendo sin vivir, viviendo dormidos, anestesiados y narcotizados de múltiples formas. Pero hay otros narcóticos, que son diferentes y no excluyen el dolor y que lejos de ser una huida o evasión son un adentrarse (en la vida). Estos narcóticos a favor de la vida son para Nietzsche el arte, la fiesta, la belleza, el cumplimiento del deber (de los deberes que uno se ha impuesto a sí mismo como expresión de su querer) y el esfuerzo por vencer lo que nos cuesta y se nos resiste.

Lo más importante que nos traslada Nietzsche es su concepción de la vida: Nietzsche concibe la propia vida como una tarea, en la que somos a la vez artífice y resultado, escultora de un mármol que hemos recibido (herencia biológica, herencia histórica y cultural, etc.) De lo que se trata es de obtener sus máximas posibilidades. Tarea arriesgada no exenta de dolor, sufrimiento y peligros, y sin embargo gozosa.

A este respecto, prosigue el autor, también resulta ilustrativo (teniendo en cuenta que el pensamiento de Nietzsche va camino de cumplir dos siglos) lo que pensaba sobre la educación. Para Nietzsche, los objetivos de la formación no son otros que la producción en serie de los individuos, que sean lo más uniformes posibles, como si fueran granos de arena. El sistema se afana en forjar individuos iguales, tan intercambiables como las monedas corrientes. Una formación que persigue la pequeña felicidad (prácticamente identificada con el consumismo) y la utilidad, y nada más ¿Quiere eso decir que la formación debería aspirar a hacernos desgraciados e inútiles? De ningún modo. Lo que sucede es que ese estrecho concepto de felicidad pequeña y utilitaria no es deseable como un fin absoluto porque conduce a la negación de la esencia misma de la vida, a la eliminación de lo mejor del ser humano: sus fuerzas creativas.

No hace mucho, hace un par de años quizás, falleció uno de los cantautores españoles con más creatividad musical de los últimos tiempos, y sin embargo (paradojas de la vida), es probable que no supiera hacer frente al sufrimiento y al nihilismo, lo que parece que reflejó maravillosamente en la canción del vídeo, con una letra muy filosófica a mi parecer. Sirva este espacio como homenaje a su triste figura, y a todos aquellos que sufren y a pesar de todo luchan por romper el cascarón.





domingo, 19 de septiembre de 2010

Autoayuda




A nadie extraña ya esta palabreja que desde hace años viene estando de moda, al igual que pueden estarlo los términos "Inteligencia Emocional", "Coaching", "Risilencia", "Asertividad", etc., que tanto "juego" aportan a la hora de abordar asuntos relacionados con el Desarrollo Personal. No obstante, parece que es una palabra cuyo significado se está devaluando, al igual que ocurre con otras de nuestro querido Diccionario. Su uso indiscriminado por unos y otros ha provocado que pierda prestigio, probablemente por el poco conocimiento que a veces se tiene sobre lo que es ayudarse uno mismo. Pero ¿Qué significa realmente el término autoayuda? Digámoslo de otro modo: Si tomamos la decisión de leer un libro de los denominados de Autoayuda ¿Nos ayudará a superar tal o cual problema?

La respuesta no es algo que tenga que ver con lo que diga un especialista. Más bien depende de cada uno, pues, lo que ayuda de manera efectiva en muchos casos no es el hecho de leerse un libro, sino de poner realmente en práctica lo que allí se explica. Además de esto, es evidente que no todos los libros de autoayuda son igual de buenos. De hecho, si somos observadores, en muchas ocasiones encontramos novelas o ensayos en secciones distintas, que pueden ser de más ayuda que los que se autodenominan como tales. En cualquier caso, si queremos ayudarnos a nosotros mismos en este camino que vamos transitando durante nuestra vida, debemos ser conscientes de tres premisas que deben resultarnos básicas en nuestro trayecto:

- Saber ser: Soy válido, independientemente de lo que haga. Se trata del nivel básico de seguridad en la vida. De alguna forma, no es necesario "destacar", ni tener "éxito" (social) para darnos cuenta de que debemos querernos y aceptarnos tal y como somos.

- Saber hacer: ¿Qué se hacer? ¿Qué competencias tengo? ¿Cómo soy/actúo en las diferentes facetas de mi vida?
Lo que debemos aceptar del nivel anterior, no es motivo para no cambiar algunas cosas que quizás interfieren para conseguir algún objetivo concreto. Es el nivel de saber a qué atenernos, reconocer las circunstancias, los recursos que tenemos y los que nos faltan.

- Saber estar: Se trata del atrevimiento, de la demostración u omisión social hacia los otros de aquello que hago. De nada sirve conocer nuestra esencia y límites, si no somos capaces de actuar en consecuencia, tanto por exceso como por defecto, y al mismo tiempo de perdonarnos, si aún así nos equivocamos (volviendo al primer nivel)

Para nuestro crecimiento personal debemos ayudarnos pues, primeramente, manteniendo siempre la confianza en nuestras posibilidades, teniendo en cuenta, que lo que realmente nos ayuda es la calidad de las preguntas que nos hacemos, lo que nos remite una vez más a la esencia misma de la filosofía.

Para muestra un botón. Un buen ejemplo es el personaje de Rocky Balboa. A pesar de su situación social, en algún momento de su vida, el personaje sabe aplicar estas tres premisas para mantener la confianza que necesitaba para logar sus objetivos.

Por cierto, la música del vídeo resulta ser además, muy motivadora. Escuchen atentamente (especialmente la fanfarria a partir del minuto 1,30), y si puede ser con unos auriculares con volumen alto, visualizando las metas a conseguir.


domingo, 22 de agosto de 2010

Musicoterapia: Música, emoción y creatividad



¿Qué es la música?

Definir la música es tarea quizás difícil, ya que antes de definir la música habría que definir qué es el sonido, antes de definir el sonido habría que definir que es una onda, antes de una onda .... en definitiva, es realmente complicado definir la música.
La música es una cuestión de movimiento, impulso, vibración, armonía y energía.

La música pertenece, como las matemáticas, al mundo de la abstracción, pero como podría decir hipotéticamente Galileo.. Y sin embargo suena, a lo que podríamos añadir... y es agradable. La música no puede definirse con claridad pues cuando se escucha, se ha entendido ya intuitivamente lo que uno se esfuerza por captar en conceptos. La música es en realidad un lenguaje que está más allá del lenguaje (Dietrich Schwanitz 2002)

Pero la música es sobre todo emoción. Forma parte del ser humano desde antes del nacimiento. Algunos especialistas incluso afirman que la música y la emoción comparten la misma zona del cerebro. Esto explicaría por qué nos emocionamos cuando escuchamos música. Y que es la emoción sino vida, sentimiento, vivir, estar vivo, sonreír.

El género esencial de toda actividad musical es el juego (Huizinga 2002). Aun en los casos en que no se dice expresamente, se reconoce este hecho primario..... y el juego es creatividad, desinhibición, es cosa de niños, aquellos que son inocentes, que no reparan en la maldad del mundo.

Como indica George Santayana, la música interesa a la humanidad sobre todo cuando se une a asuntos humanos. Esta alianza se materializa gracias a las emociones que la música y la vida provocan en común. Sucede así porque el sonido, al recorrer el cuerpo y hacer perceptible su potencial kinético, provoca el mismo interés que cualquier otro suceso físico o premonición. La música puede producir emoción tan directamente como el amor.

Las sociedades occidentales dependen de forma abrumadora de las facultades verbales y visuales para experimentar el mundo, pero otras, usan y combinan los sentidos de formas diferentes y para diferentes fines. Por ello, aunque la música es universal (que no simplemente una generalidad) y el uso que se le da a los sentidos no es universalmente aceptado, en algunas culturas la música proporciona de hecho la principal dimensión en la que formular el universo y la realidad.

La característica más singular de la música, sin embargo, es su fugacidad, pues las demás artes permanecen ante el espectador por tiempo indefinido, mientras que la música, el sonido, desaparece inmediatamente después de producirse y no hay manera de recuperarla hasta una nueva reproducción.

Cabe destacar el importante papel que la música cobra en relación con la creatividad. En musicoterapia, los miembros del grupo utilizan sus voces o los sonidos producidos por instrumentos musicales como medio de expresión. La forma en que la gente canta, actúa y se comunica musicalmente con los demás puede reflejar sus problemas emocionales o sociales.
De hecho así lo afirma Eduardo Punset: (...) A mayor desinhibición, mayor creatividad y, por lo tanto, más expédito queda el camino para la creatividad artística y musical. Las artes plásticas y la música generan como la buena comida, el sexo y las drogas, un sentimiento de bienestar.

En relación con la creatividad y su poder curativo, el propio Punset continúa: Uno de los principios más importantes de la felicidad son los sentimientos de competencia y de autonomía y los individuos capaces de disfrutar del arte pueden acceder a la experiencia de superar sus propias limitaciones físicas, en la danza, o de cualquier índole, según la disciplina. Un milagro que explica, en parte, el aura mágica que rodea al arte.

Es a partir de la segunda mitad del siglo XIX, y más en concreto con el médico Rafael Rodríguez Méndez, cuando se preconiza el uso de la música como tratamiento terapéutico (Corbella y Doménech, 1987). Será otro médico y catedrático de la Universidad de Madrid, Francisco Vidal y Careta, quien en 1882 realiza la primera tesis musical que compagina la música y la medicina: La música en sus relaciones con la medicina. En ella llega a las siguientes conclusiones:

-La música es un agente que produce descanso y distrae al hombre.
-Es un elemento social.
-Moraliza al hombre.
-Es conveniente aplicarla en la neurosis.
-Sirve para combatir estados de excitación o nerviosismo.

En la actualidad el uso de la música como terapia tiene carácter científico y hay profesionales dedicados a tales tareas. En los principales países de Europa está bastante extendida en la teoría y en la praxis, aunque su incorporación al mundo universitario data de hace unos cuarenta años.


En definitiva, cuando preguntamos qué es la música, estamos realmente preguntando por la función que desempeña en nuestra sociedad. Pero la naturaleza de la música, va mucho más allá de la mera función técnico-instrumental. Tal vez cuando hacemos esta pregunta deberíamos hacernos la siguiente:

¿Cuál es la naturaleza de la humanidad misma?


viernes, 13 de agosto de 2010

Transformación

Según la filósofa asesora Mónica Cavallé, toda transformación permanente de nuestro ser se origina en una toma de conciencia o comprensión de algún aspecto de la realidad: Toda comprensión profunda nos transforma.

Sin embargo, saber todo esto, no es suficiente para que la transformación cobre vida: hace falta una voluntad de esfuerzo intelectual y de puesta en práctica real de la experiencia, una actitud básica en toda circunstancia para ir forjando paulatinamente una filosofía propia que sea coherente y conecte con lo más profundo de nuestro ser. No obstante, los elementos más básicos para que se produzca esta transformación están ahí.

Estos son algunos de los elementos que pueden sernos de gran ayuda para tomar conciencia. Se trata de cuestiones que cada uno debe reflexionar, poner en cuestión y trabajar para ver de qué forma inciden en nuestra vida (o no):

- La vida es una continua búsqueda de misterios, certezas, dudas y placeres. Lo más importante no es el conocimiento per se. Lo más importante es saber buscar.

- Aprender a pensar y a cuestionarse las propias certezas es también aprender a respetar a los otros y abrirse a lo diferente.

- Ejercer la responsabilidad para poder ser libre es reconocer no sólo que la virtud es conocimiento, sino que el conocimiento es libertad.

- La felicidad es un deber para con nosotros, con los que nos aman y los que amamos: La apertura al otro en el sentimiento del amor es lo único que puede mitigar el vértigo de la individualidad.

- Hay que abrirse a la vida con curiosidad, ejercitando nuestra capacidad de asombro y preguntando desde el enfoque de los niños.

- Debemos saber a qué atenernos cuando enfocamos el futuro desde la esperanza, que debe ser activa y no una simple espera.

- Es necesario asumir la muerte como límite necesario de la vida para que ésta cobre la importancia que tiene y no se nihilice.

Creo que Viktor Frankl sintetizó de manera sencilla y eficaz cual debe ser el objetivo de toda acción humana para hacer de su vida una empresa que aspire a cierta felicidad: La búsqueda del sentido. En dicha búsqueda, sin duda, nos será de gran ayuda esa filosofía que no es académica, sino que se vive, como una actitud vital y que no busca otra cosa que transformarnos.

viernes, 30 de julio de 2010

Atrapado en el tiempo

Atrapado en el tiempo, película genialmente interpretada por Bill Murray, es una de esas películas que sin duda, le hacen a uno reflexionar sobre la vida que llevamos, el día a día, los tropiezos, el trabajo, las preocupaciones... Pero en el fondo una de las conclusiones que podemos sacar es que: Si siempre hacemos las mismas cosas, siempre vamos a conseguir los mismos resultados. Entonces, ¿Por qué no cambiar?

LA AUTENTICIDAD




Como expresa Stanislav Grof, la psicoterapia existencial tiene sus raíces históricas en la filosofía de Soren Kierkegaard y en la fenomenología de Edmund Husserl. Pone de relieve el hecho de que cada individuo es único e inexplicable, en términos de cualquier sistema científico y filosófico. La persona tiene libertad de elección, lo que hace que su futuro sea imprevisible y genere angustia. Heidegger y también Sartre insisten en que los seres humanos han sido arrojados en un mundo hostil, en el que intentan desesperadamente alcanzar ciertas metas, cuya importancia es despiadadamente aniquilada por la muerte. Puede que procuren eludir la idea de dicho destino último, viviendo de un modo superficial y convencional, pero con ello la vida pierde su autenticidad. La única forma de ser sincero con uno mismo, es ser constantemente consciente de la propia muerte.
Por otro lado, es absurdo tratar de ser "otro". Cabe mencionar aquí lo que el propio Sartre nos quería decir sobre la pérdida de la autenticidad a través de la historia del camarero, rescatada de su obra El ser y la nada:
Los individuos están muy poco dispuestos a ser ellos mismos, pues tienden a asumir un papel que les hace perder conciencia de su individualidad.
Sartre escribe sobre el camarero: Su movimiento es rápido y decidido, un poco demasiado preciso y rápido. Acude a los clientes con un paso demasiado ligero. Se inclina hacia delante con demasiadas ganas. Su voz, sus ojos expresan un excesivo interés por el pedido del cliente. Finalmente regresa tratando de imitar en su caminar la rigidez inflexible de una especie de autómata. Lleva la bandeja con la impasibilidad de quien camina en la cuerda floja. La mantiene en equilibrio perpetuamente inestable y perpetuamente mantenido. toda esta conducta parece un juego, pero ¿A qué esta jugando? No es necesario observar mucho antes de acertar una explicación: "Esta jugando a ser el camarero de una cafetería". El camarero (dice Sartre) no es él mismo. Es lo que no es; trata de representar el papel de que está esencialmente alienado. Es un ejemplo de falta de autenticidad.